La eficiencia del transporte en México depende cada vez más de factores que van más allá de la infraestructura. El seguro logístico ha comenzado a consolidarse como una herramienta indispensable para la continuidad operativa y la competitividad del país en el comercio internacional.
La creciente exposición a riesgos como accidentes, fenómenos naturales y actos delictivos impulsa a empresas y autoridades a incluir este tipo de protección en la planeación estratégica. Además, el desarrollo de corredores industriales y la ampliación de puertos hacen evidente que la cobertura de riesgos no solo protege bienes, también asegura la estabilidad de las cadenas productivas.
Seguro logístico como elemento de competitividad nacional
El fortalecimiento de la logística mexicana requiere más que inversión en carreteras y ferrocarriles. Incorporar el seguro logístico permite garantizar la entrega de mercancías y reducir pérdidas millonarias por eventualidades. Asimismo, la cobertura adecuada mejora la confianza de socios comerciales y eleva la capacidad de atraer inversión extranjera.
Por otro lado, las aseguradoras han comenzado a diseñar productos especializados para sectores estratégicos, desde automotriz hasta agroindustrial. Estas pólizas contemplan variables como almacenamiento, transporte multimodal y operaciones en zonas de riesgo.
En consecuencia, la inclusión del seguro logístico en la estrategia nacional de transporte no solo representa un mecanismo de protección. También se convierte en un factor que contribuye a la resiliencia económica y a la capacidad de respuesta frente a contingencias globales.
Datos del Instituto Mexicano del Transporte indican que los incidentes relacionados con la cadena logística aumentaron 14% entre agosto y septiembre de 2025, cifra que refuerza la necesidad de medidas integrales que combinen infraestructura, seguridad pública y aseguramiento especializado.