El sistema vietnamita de seguro de desempleo se ha convertido en una herramienta clave para reducir la vulnerabilidad económica y sostener la estabilidad del mercado laboral. Este modelo, enmarcado dentro de las reformas sociales del país, demuestra cómo una política pública bien estructurada puede equilibrar las necesidades de los trabajadores y la sostenibilidad financiera del Estado.
El esquema se financia con aportes compartidos: trabajador, empleador y Estado contribuyen cada uno con un 1 % del salario mensual.
Además de las compensaciones económicas, el programa incluye capacitación profesional, orientación laboral y servicios gratuitos de colocación.
Impacto económico y social del seguro de desempleo
El grado de participación laboral dentro del sistema ha crecido de forma sostenida. En 2022, alrededor de 14 millones de trabajadores estaban inscritos, cerca del 28 % de la fuerza laboral. Sin embargo, solo la mitad de los empleados con contrato formal contaban con cobertura activa, lo que revela un amplio margen de expansión.
Estudios recientes muestran que, desde su implementación, el seguro de desempleo ha contribuido a reducir en promedio 0,66 % anual la tasa de paro en Vietnam. En periodos críticos, como la pandemia de COVID-19, el esquema amplió temporalmente sus beneficios para proteger a empresas y trabajadores.
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Perspectivas de sostenibilidad y transformación digital
El futuro del seguro de desempleo en Vietnam pasa por tres ejes estratégicos: expansión gradual de la base de beneficiarios, integración de sistemas de información y mayor fiscalización para prevenir la evasión contributiva. Estas reformas buscan convertirlo en un motor de cohesión social y de estabilidad macroeconómica.
En 2025, el 64 % de los beneficiarios de prestaciones sociales y subsidios por desempleo en áreas urbanas reciben sus pagos mediante cuentas bancarias, lo que refleja un avance tangible en inclusión financiera y eficiencia administrativa.