En el país, donde los riesgos naturales y urbanos convergen de forma alarmante, proteger el patrimonio colectivo debería ser una práctica común. Sin embargo, más del 80% de los condominios en México no cuentan con seguro, a pesar de que la Ley de Propiedad en Condominio de Inmuebles de la Ciudad de México establece la obligatoriedad de esta cobertura. Esta omisión generalizada representa una vulnerabilidad estructural tanto para propietarios como para las aseguradoras y autoridades.
En agosto de 2025, cifras del sector revelaron que apenas dos de cada diez conjuntos habitacionales están asegurados, pese a la creciente exposición a fenómenos como sismos, incendios y daños por agua. El cumplimiento legal sigue siendo la excepción, no la norma.
La ley estipula que cada condominio debe contar con un seguro multirriesgo para cubrir tanto el inmueble como las áreas comunes, lo que incluye desde elevadores hasta sistemas hidráulicos.
La falta de seguros en condominios: una bomba de tiempo legal y financiera
Los principales obstáculos para cumplir con esta norma incluyen el desconocimiento de la ley por parte de administradores y propietarios, la informalidad en la administración condominial y la resistencia al gasto adicional, incluso cuando este protege un activo millonario. Además, los procedimientos para contratar una póliza suelen resultar engorrosos y poco accesibles para muchos comités vecinales.
Las aseguradoras, por su parte, enfrentan el reto de generar productos atractivos, simplificados y pedagógicos, que aborden no solo los riesgos físicos sino también los legales derivados del incumplimiento. Algunos actores ya están desarrollando herramientas digitales para cotizar seguros multirriesgo de manera colectiva y automática, reduciendo barreras de entrada.
En consecuencia, se estima que en zonas de alta sismicidad como la CDMX, al menos un millón de unidades habitacionales continúan expuestas a pérdidas totales sin respaldo financiero.
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