La percepción del seguro ha cambiado radicalmente entre los mexicanos. No como lujo o imposición, sino como respaldo ante riesgos cada vez más tangibles. La alta siniestralidad vial, los desastres naturales y los retos en salud están empujando a más personas a tomar decisiones informadas. Aunque solo 32 de cada 100 autos están asegurados, el interés por ampliar coberturas personales y patrimoniales crece con fuerza. En este contexto, contratar seguros adecuados se convierte en una prioridad financiera estratégica para 2025.
Pese a la obligación legal de contar con un seguro vehicular, la adopción aún es baja. Sin embargo, el aumento de robos, accidentes y costos de reparación está haciendo evidente que optar por coberturas amplias ya no es opcional. Las aseguradoras están reforzando sus productos con asistencia legal, cobertura de llantas, robo parcial y servicio de grúa extendido, lo que incrementa su valor real frente a los riesgos cotidianos.
Además, se observan ajustes en las primas conforme al modelo y uso del vehículo, con opciones flexibles que permiten contratar solo por días o semanas.
Salud, vida y hogar: prioridades que escalan
Los seguros de gastos médicos y vida están ganando terreno, sobre todo entre trabajadores independientes y millennials. La pandemia dejó lecciones profundas y hoy se buscan pólizas que incluyan consultas digitales, atención preventiva y tratamientos especializados.
Por otro lado, los seguros para el hogar viven un auge, en especial en zonas vulnerables a fenómenos climáticos. Más allá de proteger inmuebles, estas pólizas incluyen respaldo ante robos, daños por agua o fuego, e incluso asistencia inmediata.
