El seguro de vida individual se consolida como una herramienta clave dentro del ecosistema asegurador argentino. En los últimos trimestres, el segmento mostró una evolución positiva tanto en cantidad de pólizas como en la profundidad de su cobertura. Este comportamiento refleja una mayor conciencia de protección financiera entre los ciudadanos, pero también una renovada estrategia por parte de las aseguradoras para reposicionar estos productos.
Uno de los indicadores más relevantes proviene de la Superintendencia de Seguros de la Nación, que confirmó que la línea de seguros de vida individual es hoy la de mayor volumen de emisión dentro del ramo de vida, superando a los productos colectivos y con ahorro. Este viraje no solo responde a una demanda más activa por parte de los asegurados, sino también a una mejora sustancial en el diseño de los productos, más accesibles, flexibles y personalizados.
Ajustes estratégicos en un entorno cambiante
Las aseguradoras han reformulado su aproximación comercial. Han puesto el foco en la omnicanalidad, combinando canales digitales y asesoramiento personalizado para captar a un público cada vez más informado. Además, el entorno económico inflacionario impulsa a los consumidores a buscar instrumentos de previsión con beneficios en pesos, lo que vuelve al seguro de vida individual especialmente atractivo por su valor de largo plazo.
De igual manera, las compañías están ajustando su estructura de comisiones y retención de cartera para garantizar rentabilidad, sin dejar de lado la innovación. Algunas entidades líderes han comenzado a incorporar inteligencia artificial para segmentar perfiles de clientes y anticipar necesidades de cobertura.
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