Seguro de catastrofes gana relevancia ante incendios extremos

Seguro de catastrofes aplicado a incendios forestales y transferencia de riesgo a mercados de capital
Seguro de catastrofes gana relevancia ante incendios extremos

El avance del cambio climático está modificando de forma profunda la gestión del riesgo asegurador. En este contexto, el seguro de catastrofes amplía su alcance a riesgos que hasta hace pocos años resultaban difíciles de modelar, como los incendios forestales de gran escala.

La creciente frecuencia y severidad de estos eventos ha llevado a aseguradoras y reaseguradoras a recurrir con mayor intensidad a los mercados de capitales. Durante los últimos meses, los bonos catastróficos vinculados a incendios registraron un aumento significativo en emisiones, reflejo de un cambio estructural en la forma de transferir riesgos.

Los incendios urbanos y forestales ya no se consideran un riesgo secundario. La destrucción de más de 16 mil edificios y pérdidas aseguradas cercanas a 40 mil millones de dólares tras los incendios en California aceleraron este viraje. Además, las pérdidas aseguradas globales por desastres naturales superaron nuevamente los 100 mil millones de dólares, consolidando una tendencia sostenida.

Seguro de catastrofes y mercados de capital

La mejora en los modelos de riesgo impulsó el apetito de inversionistas institucionales por bonos catastróficos asociados a incendios. Firmas especializadas desarrollaron herramientas más precisas que permiten estimar daños con mayor fiabilidad, lo que facilita la fijación de primas y spreads.

Aunque las primas de estos instrumentos siguen siendo más elevadas que las de catástrofes tradicionales como huracanes o terremotos, la demanda continúa creciendo. Para las aseguradoras, estos mecanismos ofrecen capacidad adicional sin presionar los balances ni encarecer de forma inmediata la reaseguración tradicional.

Un mercado que redefine la cobertura

El seguro de catastrofes también gana tracción en Europa y otras regiones expuestas a incendios recurrentes. Autoridades financieras respaldan estos instrumentos como fuentes de liquidez rápida para reconstrucción tras desastres. Al mismo tiempo, los inversionistas valoran su baja correlación con los mercados financieros tradicionales.

En 2025, los índices de bonos catastróficos superaron el desempeño de bonos corporativos y soberanos, consolidando su papel como diversificadores. Las previsiones apuntan a un volumen elevado de nuevas emisiones en 2026, a medida que riesgos secundarios migren hacia soluciones basadas en capital de mercado.

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