Los desplazamientos urbanos en motocicleta están modificando el panorama de riesgo vial en México. A pesar de las campañas públicas de prevención, los siniestros viales no han disminuido. Por el contrario, entre 2023 y 2025, los accidentes viales en general aumentaron 8%, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). El crecimiento es aún más preocupante si se analiza únicamente la siniestralidad en motocicletas: esta se disparó 40% en ese mismo periodo.
Motociclistas enfrentan mayores riesgos y menor protección financiera
Además del aumento de la circulación, este fenómeno está relacionado con la falta de cultura del seguro y con brechas en la educación vial. En el país, apenas el 30% del parque vehicular cuenta con un seguro, y entre los motociclistas, la tasa de aseguramiento es aún más baja. En consecuencia, los costos de estos accidentes se trasladan, en muchos casos, al erario público o a los propios afectados.
También ha cambiado el tipo de siniestros reportados. De acuerdo con AMIS, la frecuencia de accidentes que involucran lesiones personales ha incrementado, lo que afecta no solo a los conductores de motocicletas, sino también a peatones, ciclistas y automovilistas. Este tipo de eventos representa un riesgo más complejo desde la óptica aseguradora, al involucrar coberturas médicas y de responsabilidad civil.
Por otro lado, entidades como Nuevo León, Jalisco y el Estado de México concentran la mayor parte del repunte, lo cual plantea desafíos específicos para el diseño de productos y políticas de prevención adaptadas a contextos urbanos más dinámicos.
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