Circular por las calles de Culiacán con seguro vehicular es más caro que nunca. El precio de las pólizas se ha disparado en los últimos meses debido al creciente índice de robos y a la presión sobre las aseguradoras para ajustar sus tarifas al nuevo nivel de riesgo que representa la capital sinaloense. México atraviesa una etapa en la que tener un seguro ya no es solo una medida de prevención, sino una decisión financiera que pesa directamente sobre el bolsillo del ciudadano promedio.
Datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) muestran que, de agosto a noviembre de 2025, Culiacán fue la cuarta ciudad del país con más vehículos robados. Esto ha obligado a varias aseguradoras a elevar sus primas entre 25% y 40% respecto al año anterior. Un auto compacto que en 2024 pagaba 9,000 pesos por año ahora puede costar más de 12,000 pesos asegurar, sin incluir coberturas adicionales.
Asegurar un auto en Culiacán implica mayores restricciones
No solo han aumentado las tarifas: compañías como Quálitas, GNP y HDI han endurecido sus políticas, restringiendo la contratación de seguros para ciertos modelos de alta siniestralidad o exigiendo dispositivos antirrobo adicionales. Algunas incluso han dejado de ofrecer cobertura total para vehículos estacionados en zonas específicas de la ciudad.
Esta situación ha generado una paradoja: aunque la inseguridad vehicular motiva a contratar seguros, los altos precios disuaden a muchos propietarios. En consecuencia, el nivel de aseguramiento ha caído, sobre todo en autos con más de 10 años de antigüedad.
La presión también afecta a flotillas empresariales y servicios de transporte, para quienes el seguro representa un gasto operativo cada vez más elevado. De igual manera, el aumento en la siniestralidad está empezando a reflejarse en las pólizas de daños a terceros, impactando a conductores que nunca han reportado incidentes.
