El debate sobre la política sanitaria en Estados Unidos volvió a ocupar el centro de la conversación pública tras las recientes declaraciones del expresidente Donald Trump. Propuso que los subsidios de salud vinculados a la Ley de Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare, dejen de canalizarse a las aseguradoras y, en su lugar, se entreguen directamente a los ciudadanos. El planteamiento reabre una discusión central sobre el rol del Estado y el sector privado en la cobertura médica en la economía estadounidense.
El sistema actual subsidia parte de las primas de seguros médicos para personas con ingresos bajos o moderados, lo que permite la participación de alrededor de 24 millones de asegurados en los mercados de intercambio. Voces del sector advierten que una modificación abrupta en la mecánica de financiamiento podría elevar los costos promedio de las primas y afectar la estabilidad operativa de las aseguradoras que participan en estos programas. También podría repercutir en la continuidad de tratamientos y coberturas activas.
Impacto potencial en el mercado de seguros
La propuesta requeriría aprobación legislativa y negociaciones en un Congreso dividido. Analistas del sector consideran que cualquier cambio en los subsidios de salud debe acompañarse de una estructura clara de transición que evite aumentos bruscos de costos. De igual manera, se prevé que aseguradoras, hospitales y grupos de pacientes intervengan en el proceso de debate, dado que la cobertura médica representa uno de los componentes más sensibles del gasto familiar en Estados Unidos.
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El último año, el costo promedio de una póliza en mercados de intercambio incrementó alrededor de 7% según reportes de aseguradoras y organismos regulatorios, lo que refuerza la relevancia de cualquier ajuste al esquema financiero vigente.
