Las prioridades de consumo están cambiando y el Mundial de 2026 será un catalizador clave. En México, la expectativa por este evento deportivo ha comenzado a transformar los patrones de gasto de los hogares, orientándolos más hacia el entretenimiento y menos hacia productos de protección financiera, incluidos los seguros.
Un análisis reciente de BBVA Research advierte que, conforme se acerque la fecha, el consumo en esparcimiento, turismo, comida rápida y tecnología aumentará de manera significativa. Esta modificación en el presupuesto familiar podría implicar una reducción en la adquisición de pólizas, especialmente las de salud y vida, que suelen competir por los mismos recursos.
Cambio de foco en la planificación financiera
La industria aseguradora se enfrenta así a un reto estratégico. Aunque eventos masivos como la Copa Mundial suelen impulsar sectores como el comercio minorista, transporte y hotelería, también generan un efecto sustitución que puede dejar en segundo plano decisiones patrimoniales. Para los aseguradores, la clave estará en redirigir la narrativa hacia el valor de la protección a largo plazo, incluso en contextos de euforia y gasto emocional.
Por otro lado, se prevé una reactivación en productos vinculados a viajes y movilidad, como los seguros para automóviles, accidentes y asistencia en el extranjero. Estas líneas podrían compensar parcialmente el retroceso en otros segmentos.
BBVA estima que la derrama económica del torneo alcanzará 500 millones de dólares tan solo en Ciudad de México. A escala nacional, el incremento en consumo podría superar el 1% del PIB, consolidando al Mundial como una variable macroeconómica relevante para el sector financiero.
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