Indemnizaciones empresariales superan 32 mil mdp tras sismos en México

Fotografía editorial de un edificio corporativo mexicano con gráficos que representan riesgos y protección financiera, transmitiendo seguridad empresarial y resiliencia.
Indemnizaciones empresariales superan 32 mil mdp tras sismos en México

Los desastres naturales en México han demostrado que la preparación financiera es tan crucial como la prevención física. Tras el sismo de 2017, el sector asegurador destinó más de 32 mil millones de pesos en indemnizaciones, destacando la relevancia de contar con coberturas adecuadas que respalden a las empresas frente a fenómenos como terremotos, huracanes e inundaciones.

Además, los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía evidencian que tres de cada cuatro viviendas permanecen sin seguro, mientras que la industria manufacturera alcanza apenas un 21% de cobertura empresarial contra sismos. Del mismo modo, oficinas públicas y privadas registran 15%, y el comercio al por menor solo 7%. Esta vulnerabilidad resalta la necesidad de fortalecer la cultura de prevención financiera en México.

Seguro empresarial y continuidad operativa

Un seguro empresarial no solo protege bienes materiales como instalaciones, maquinaria e inventarios, sino que asegura la continuidad de gastos operativos como nómina, renta y pagos a proveedores. Asimismo, cubre responsabilidades frente a terceros y protege activos estratégicos contra robos, incendios y fenómenos naturales.

En regiones de alto riesgo, como Ciudad de México, Oaxaca, Guerrero y Puebla, las pólizas específicas frente a sismos son esenciales. Del mismo modo, estas coberturas contribuyen a mantener la confianza de clientes y proveedores tras un evento adverso. De igual manera, la recuperación rápida evita pérdidas significativas en el flujo de efectivo y protege la estabilidad empresarial.

Finalmente, el Banco Mundial estima que las pérdidas anuales por desastres naturales superan los 520 mil millones de dólares, afectando directamente a las empresas mexicanas. Este contexto refuerza que un seguro empresarial es más que un respaldo físico: es un instrumento de resiliencia financiera que permite a las compañías operar tras un desastre, minimizando impactos económicos y sociales.

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