Asumir responsabilidades directivas en una empresa española hoy conlleva riesgos que van mucho más allá de la estrategia y la toma de decisiones. La exposición personal de administradores y altos cargos a reclamaciones por daños financieros ha convertido al seguro D&O en una herramienta esencial dentro del gobierno corporativo.
En el contexto jurídico español, este tipo de seguro conocido como Directors and Officers Liability Insurance cubre la responsabilidad civil de quienes administran sociedades de capital frente a terceros. El régimen de responsabilidad es objetivo: basta con que exista un daño derivado de un acto contrario a la ley, los estatutos o que implique negligencia en el desempeño del cargo.
Seguro D&O: una necesidad estratégica
El marco legal actual refuerza la importancia del seguro D&O como escudo protector ante reclamaciones judiciales o extrajudiciales. En la práctica, la contratación la realiza la propia empresa en beneficio de sus administradores, quienes figuran como asegurados. Esta cobertura suele extenderse también a directivos, apoderados, y en muchos casos, incluso a consejeros externos o miembros del comité de auditoría.
Además, las pólizas suelen incluir coberturas complementarias como los gastos de defensa, fianzas, o incluso situaciones de insolvencia. De igual manera, se han incorporado extensiones para cubrir riesgos derivados de nuevas normativas, como el régimen sancionador de protección de datos.
En España, cada vez más empresas pequeñas y medianas optan por contratar este seguro, tradicionalmente asociado a grandes corporaciones.
Mira también: Conducir el coche de un familiar puede complicar el seguro
