El análisis más reciente sobre el seguro de desgravamen en Perú revela un desequilibrio significativo entre lo que pagan los clientes y lo que efectivamente se destina a la cobertura del riesgo. De cada S/100 cobrados por este seguro, las entidades financieras retienen S/64 como comisión, lo que abre el debate sobre su conveniencia en créditos pequeños y de corto plazo.
Este producto, diseñado para cubrir el saldo de un préstamo en caso de fallecimiento del titular, se ha convertido en una importante fuente de ingresos para los bancos. Hasta agosto de 2025, las utilidades derivadas de comisiones relacionadas al seguro de desgravamen sumaron S/10 179 millones, mientras que la siniestralidad apenas alcanzó el 14.2 %. Tres aseguradoras concentran 71.9 % del mercado, lo que refuerza la necesidad de mayor competencia y transparencia en la fijación de primas.
Cuándo sí y cuándo no conviene el seguro de desgravamen
La Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) modificó recientemente la normativa para flexibilizar la contratación de este seguro en créditos distintos a vivienda. Esto significa que los usuarios ya no están obligados a incluirlo en todos los préstamos personales. Para montos menores a S/5 000 y plazos de hasta 12 meses, o cuando el cliente ya cuenta con un seguro de vida que cubre el saldo deudor, su contratación podría no ser necesaria.
Por el contrario, en créditos de mayor monto o largo plazo el seguro mantiene relevancia, ya que protege tanto al deudor como a sus beneficiarios frente a un evento inesperado. El seguro de desgravamen, aunque útil, exige una revisión más justa de sus costos y márgenes.
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En el contexto actual, donde los bancos retienen más del 60 % de la prima y los siniestros pagados son bajos, los consumidores deberían evaluar con mayor rigor la relación costo-beneficio de este producto financiero.
