Los centros de datos en Estados Unidos enfrentan un cambio estructural en sus transacciones al integrar esquemas de seguro SLA como herramienta contractual. Esta práctica busca transformar la manera en que proveedores y clientes gestionan riesgos de disponibilidad, introduciendo un respaldo financiero concreto en caso de incumplimiento.
En agosto de 2025, distintos operadores comenzaron a incluir coberturas aseguradoras que responden directamente a los acuerdos de nivel de servicio. La diferencia principal con las cláusulas tradicionales radica en que, en lugar de otorgar créditos por tiempo de inactividad, el cliente recibe una indemnización económica validada por pólizas diseñadas para cubrir interrupciones críticas.
Seguro SLA y confianza en el mercado
Este modelo fortalece la confianza en un sector donde cada segundo de inactividad genera pérdidas millonarias. Al mismo tiempo, consolida la relación entre infraestructura tecnológica y el sector asegurador, pues la póliza actúa como puente entre la promesa de servicio y la garantía de cumplimiento. Además, la aseguradora se convierte en parte activa de la ecuación, evaluando riesgos de manera independiente.
Por otro lado, la introducción del seguro SLA permite a los clientes diferenciar entre proveedores que asumen responsabilidades financieras tangibles y aquellos que continúan limitándose a descuentos. Esta evolución marca un nuevo estándar de competitividad en el sector, donde la resiliencia se mide no solo por infraestructura, sino por capacidad de transferencia de riesgo.
Si este artículo te está gustando, podrías leer: Seguro de viaje de aventura crece en Norteamérica, Europa y Asia.
Hacia un nuevo marco de referencia contractual
Del mismo modo, la práctica podría extenderse a Europa y América Latina, donde la presión regulatoria y las exigencias de usuarios corporativos están en ascenso. En consecuencia, el seguro SLA ofrece un marco de referencia claro para sectores financieros, de salud y telecomunicaciones, en los que la interrupción del servicio impacta directamente en la operación crítica.
Datos publicados en agosto de 2025 indican que el costo promedio de una interrupción no planificada en un centro de datos en Norteamérica alcanzó los 9.6 millones de dólares, un incremento del 22 % frente a 2023.
