El Caribe mexicano cuenta con una barrera natural única: sus arrecifes de coral. Hoy, estos ecosistemas reciben una innovadora forma de protección financiera ante riesgos meteorológicos extremos. Se trata de los seguros paramétricos, una herramienta que, más allá de lo técnico, traduce en acción inmediata la necesidad urgente de resiliencia climática.
Desde agosto de 2025, el estado de Quintana Roo activó este tipo de seguros para los arrecifes ubicados frente a Cancún, Puerto Morelos y Cozumel. La cobertura se activa cuando los vientos de un huracán registrado por el Centro Nacional de Huracanes superan los 100 nudos en una zona predefinida. Con ello, se asegura una indemnización inmediata sin necesidad de evaluación de daños in situ, acelerando los trabajos de restauración.
El rol estratégico del seguro paramétrico
Para las autoridades mexicanas y organismos civiles como el Instituto Nacional de Pesca y Conservación Marina (INAPESCA), la rapidez en la respuesta resulta clave. Gracias a este seguro paramétrico, tras el paso del huracán Beryl, ya se están desplegando brigadas para recolocar fragmentos de coral desprendidos y limpiar el arrecife de escombros.
El monto asegurado asciende a 3.8 millones de pesos mexicanos, con una póliza vigente durante toda la temporada de huracanes. Este modelo de protección es respaldado por el Fondo de Conservación de la Naturaleza y operado por la empresa aseguradora Swiss Re Corporate Solutions.
A diferencia de los seguros tradicionales, el esquema paramétrico favorece la eficiencia operativa al no depender de peritajes. La transparencia en los criterios de activación y el acceso inmediato a recursos fortalecen no solo el ecosistema coralino, sino también el turismo y las economías costeras que dependen de él.
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