Una cámara voladora puede ofrecer más que una vista panorámica. En Estados Unidos, los drones se han convertido en herramientas habituales para inspeccionar techos y fachadas residenciales, especialmente tras desastres naturales. Esta práctica, sin embargo, plantea preguntas legales que no todos los propietarios conocen.
La Administración Federal de Aviación (FAA) permite el uso de drones con fines comerciales, siempre que el operador cuente con una licencia bajo la Parte 107. Esto incluye a ajustadores de seguros, agentes inmobiliarios y contratistas que utilizan estos dispositivos para evaluar daños, realizar diagnósticos o preparar cotizaciones. Pero hay un límite claro: la privacidad.
Límites legales del uso de drones en propiedades privadas
El espacio aéreo sobre una vivienda es de uso público, pero sobrevolar propiedades sin consentimiento puede violar leyes estatales de privacidad. Algunos estados como Florida, California o Texas han establecido normas que restringen el uso de drones para captar imágenes sin autorización, incluso si no se aterriza en la propiedad.
Por eso, las empresas deben asegurarse de contar con el permiso del propietario antes de iniciar una inspección. En algunos condados, los gobiernos locales pueden imponer reglas adicionales, lo que obliga a los operadores a revisar la normativa vigente en cada jurisdicción. Además, las aseguradoras suelen exigir evidencia del consentimiento antes de aceptar imágenes captadas con drones como válidas para procesos de reclamación.
Una práctica común en el sector de la construcción es complementar las inspecciones visuales con imágenes aéreas, lo que agiliza la evaluación y reduce riesgos laborales. Sin embargo, el uso comercial de drones sigue siendo supervisado de cerca por las autoridades. Desde agosto de 2025, el estado de Nueva York ha endurecido las sanciones por uso no autorizado, con multas que alcanzan los 5.000 dólares por invasión de privacidad.
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