La transformación del mercado asegurador español no depende solo de la tecnología o de la regulación. Hoy, el verdadero factor de cambio proviene de la relación entre generaciones. Mientras los clientes más jóvenes muestran un claro desapego hacia los modelos tradicionales, las generaciones mayores siguen demandando cercanía, confianza personal y gestión directa.
Esta diferencia obliga a las aseguradoras a diseñar propuestas duales, capaces de equilibrar la digitalización avanzada con atención personalizada. En España, más del 60 % de los menores de 35 años prefiere gestionar pólizas y siniestros a través de plataformas digitales, frente al 70 % de los mayores de 55 que aún valoran la oficina física y la interacción con un mediador.
La estrategia de seguros frente a un cliente diverso
Los equipos directivos deben adaptar sus procesos internos para responder a estas demandas contrapuestas. La clave no es optar entre lo digital y lo presencial, sino integrar ambos enfoques bajo un mismo ecosistema. Esto implica inversiones sostenidas en inteligencia artificial y automatización, pero también en formación de mediadores y en redes de servicio humano.
Además, las diferencias generacionales impactan en los productos más demandados. Los clientes jóvenes priorizan seguros de salud, movilidad flexible y coberturas a corto plazo, mientras los mayores concentran su interés en vida, hogar y ahorro. En consecuencia, el portafolio de las aseguradoras se diversifica a un ritmo sin precedentes.
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Adaptación y competitividad en el mercado asegurador
El reto competitivo se intensifica con la entrada de insurtechs que entienden mejor las preferencias digitales de los jóvenes, lo que obliga a las aseguradoras tradicionales a acelerar su capacidad de respuesta. No obstante, un dato de agosto de 2025 revela que el 45 % de los nuevos contratos firmados en España aún se gestionan presencialmente, lo que confirma la vigencia de los modelos híbridos como pilar estratégico.